jueves, 21 de junio de 2007

El gazpacho a mi manera

Un clásico del verano que hay que tomar bien fresquito...

- 6-8 tomates más o menos maduros
- 1 pimiento verde
- 1 pepino
- Sal
- 1 poquitín de vinagre
- Aceite de oliva virgen
- ¡Ajo al gusto!

El 'toque' del gazpacho siempre lo da el que lo prepara, y puede decirse que la dependencia de los ingredientes hace que nunca salgan dos gazpachos iguales. Dependiendo de la variedad del tomate, de su tamaño, de su madurez... A quien le gusta el sabor del pepino, puede poner medio más, y hay quien elimina el pimiento... o quien le pone cebolla... Con mucho ajo, o sin él... Lo que nunca faltan son los tomates, habiendo quien prepara un símil de salmorejo aguado al que sólo le falta el pan.

El caso es que en España forma parte fundamental de la dieta de verano, constituyendo un primer plato o entrante refrescante, sano y natural.

Mi forma de prepararlo ha variado con los años, y ahora lo hago en una suerte de "doble procesado".

En el vaso de la batidora, ponemos los tomates lavads y cortados en cuartos, el pimiento lavado y sin peciolo partido en trozos, el pepino pelado y en rodajas, medio diente de ajo, o uno entero, o dos... (¡al gusto!) y un chorritinín de vinagre. No le pongo agua, pero no seco del todo las hortalizas una vez lavadas, con lo que le doy el agua que ellas se llevan consigo. Batimos todo junto, y éste sería el primer procesado.

Pasamos el resultado por el chino, o si se desea una suavidad mayúscula, por un colador, aunque en este caso hará falta mucha paciencia y remover bastante rato, le cuesta pasar...

Volvemos a introducir el pre-gazpacho resultante en el vaso de la batidora, aclarado bajo el grifo previamente, ponemos en marcha y quitamos la tapa para ir incorporando el aceite de oliva en chorro fino, como si estuviésemos emulsionando una mayonesa; y es que es algo parecido lo que estamos haciendo. Conseguimos con este 'segundo procesado' darle una textura especial al gazpacho.

Podéis probar a incorporar, antes del aceite, una yema de huevo; en este caso sí emulsionará de verdad al incorporar el aceite, como se hace en algunos salmorejos.

El resultado, a la nevera, y al servir acompañar de pimiento verde y rojo troceado, cebolla, picatostes de pan, y oye, un buen jamón serrano, tomando otra idea propia del salmorejo.

¡Salud y buen provecho!

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