lunes, 4 de febrero de 2008

Fideos "Thai" a mi manera

En casa nos encantan esos fideos chinos de arroz, que acompañan bien a casi cualquier cosa. En esta ocasión, os presento la receta con pollo, pero mi cuñada los prepara riquísimos con gambas.

- Un "bloque" de fideos de arroz (se venden en paquetes donde vienen varios bloques; con cada bloque comen bien dos personas, aunque si se usan de guarnición rinde para tres).
- Verduras al gusto; que no falte la cebolla, y en esta ocasión yo le puse puerro en juliana, calabacín cortado en bastoncillos y pimiento verde en tiras.
- Un par de pechugas de pollo.
- Salsa de soja.

Hace varios años ya que la fiebre por la comida oriental-japonesa-tailandesa-corano-vietnamita explotó en nuestro país, manteniéndose vigente hasta hoy. Esto se ha traducido en multitud de restaurantes de fusión asiática, unos con mayor acierto que otros en su cocina, contando alguno ya con cierta tradición en la capital. Por si a alguien le interesa, mi favorito es el Tao de Jorge Juan, con diferencia sobre el resto.

En México se vive una fiebre similar pero con una variante interesante: existe un amplio mercado de "comida rápida" oriental, con puestos de llegar-elegir-comer-pagar e irse, y a precios muy asequibles (irrisorios si los comparamos con los caros restaurantes orientales de Madrid). Destacar una cadena en particular, que además cuenta con presencia en Madrid, Sushi-Itto. Sushi variado y original, con queso philadelphia, aguacate, y nombres que merece la pena leer (Cibeles roll, el rollo de Alcalá o Madrid maki), y unos estupendos Yakisoba, por si alguien se decide a probarlos.

La receta que nos ocupa hoy toma la base oriental de los fideos y la salsa de soja, y puede acompañarse de casi cualquier combinación de verduras salteadas. Le irían como anillo al dedo unos brotes de soja mínimamente salteados, y puede incluirse pimiento rojo, algo de picante... Al gusto.

El proceso es sencillo: freir en abundante aceite y por turnos los vegetales y la pechuga. El punto de cada cosa debería saltar a la vista: la cebolla no llega a dorarse, el calabacín pierde su dureza, el puerro se arquea y las tiras más finas se tuestan, y el pimiento verde lo suficiente para que pierda la dureza. La pechuga cortada en dados, hasta que esté dorada y hecha por dentro. Por cierto, el que tenga wok, que lo use, sirve precisamente para este tipo de preparaciones.

Los fideos se cuecen en abundante agua según las instrucciones del paquete, cuidando de que el bloque en el que se presentan se deshaga bien y queden sueltos. Una vez escurridos, se incorporan a una sartén grande o a una cazuela a fuego vivo con una cucharada del aceite donde hemos frito los ingredientes, o con una nuez de mantequilla en su defecto, se saltean brevemente para que pierdan el exceso de agua y se riegan con un chorro de salsa de soja, sin excederse. Se incorporan las verduras y el pollo troceado, y se remueve bien el conjunto. En este momento probaremos los fideos para ver el punto de sal; si os habéis fijado, no hemos salado nada durante la elaboración de la receta, debido a que la salsa de soja es la que aporta el sabor. Si notamos los fideos sosos, añadiremos un poco más de salsa de soja removiendo bien.

Servir caliente, y si se quiere terminar de ambientar la comida, con luz baja, música oriental y palillos.

¡Salud y buen provecho!

1 comentario:

Qalamana dijo...

¡Qué ricos los fideos de arroz!